miércoles, agosto 31, 2016

El Encuentro




La tarde se cerrará en rosas suaves, en grises pálidos.
El sonido del tren, el caer de las hojas y el triste canto de adiós de las grullas
serán el preludio de una noche lenta.
El vino revelará el misterio escondido de las velas,
Yo descansaré en tus ojos, tu mano anidará en mi mano.
El fuego ha de quemar sin prisa los últimos vestigios de una soledad callada
En una noche sin lágrimas, en un silencio sagrado,
sin miedos, sin esperanza.